Sopa de cebolla al tomillo con crujiente de pan

Me siento a gusto en la sencillez donde la armonía y el buen gusto sean la principales características, donde quedarme quieta y simplemente mirar me resulte  tan sencillo que no me apetezca estar en otro lugar.

Antes de que se nos marche el frío aún queda tiempo para preparar sopas calientes y reconfortantes. Me encanta la sopa de cebolla y espero que a vosotros también os guste lo que os traigo hoy.

Ingredientesd y elaboración.

• 1muslo de gallina
• 1 carcasa de gallina
• 5 cebollas medianas
• 2 puerros
• 6 dientes de ajos pelados
• 1 hoja de laurel
• 4 huevos
• 1 baguette de pan congelado precocido
• 3 l de agua mineral
• 3 ramitas de tomillo
• Aceite de oliva y sal

Ponemos las carnes, los puerros, dos cebollas, el laurel y los ajos en una olla. Vertemos el agua y llevamos a ebullición. Cuando comienze a hervir desgrasamos el caldo, salamos y dejamos cocer tapado, con el fuego al mínimo durante un par de horas. Antes de colar el caldo, añadir tres ramitas de tomillo y dejar enfriar.

Pelamos las cebollas restantes y las cortamos en juliana y las pochamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra hasta que esté pochada y melosita, yo las tengo a fuego muy lento.Cuando estén las reservamos.

Cortamos la baguette aún congelada en finas láminas longitudinales con un cuchillo afilado, colacamos las láminas en aros metálicos para darles forma y horneamos a 150º C hasta que queden bien crujientes.Hablo en plural dependiendo del número de comensales que seais.

Distribuimos los aros de pan en los centros de los platos soperos y rellenamos con la cebolla pochada y sobre ella una yema de huevo.

La clara de los huevos la diluimos en el caldo tibio y servimos el caldo en los platos con el crujiente de pan, cebolla y huevo.