CREMA DE MANGO AL AROMA DE LA CANELA

Hoy la ciudad ha vuelto a despertar en una espesa niebla que ha impedido que los rayos del sol se filtren resueltos para calentar nuestos rostros. Llevamos días esperándolo con las mismas ganas que los columpios mudos de risas y como los solitarios bancos de los jardines.

Lo necesitamos tanto y estamos tan acostumbrados a él que cuando no llega brillante y cálido, la ciudad parece adormecida en  su alegría y las pisadas se vuelven  raudas , veloces por llegar a sus destinos.

Aunque a  mi me gustan los matices plata  que adquiere la ciudad y salir a pasear  a través de las nubes me parece romántico , como transportada a otra época  donde mis huellas dejan su rastro y mis ojos sonríen felices al sentir el denso aire que se respira y se moldea en mi garganta hasta llegar ansioso a mis pulmones.La parte antigua de la ciudad , parece el marco de una época pasada y desde las calles bajas si miras hacia arriba se pueden ver los picos inmutables al tiempo de las torres de la catedral o a las murallas impertérritas de nuestra alcazaba envueltas entre brumas espesas.

No se porqué pero hay veces que me encanta que haya días asi.

La receta que traigo ha sido el último intento de no tener que tirar a la basura dos mangos que tenía de las fiestas pasadas. Es una fruta que me encanta pero para tomarlo en compañía de otros sabores, ellos solos y sin saber muy bien la razón no me agradan demasiado.

Con ellos he preparado una aterciopelada y afrutada crema de sabores suaves y aromas frescos donde la sencillez de sus elementos lo han convertido en un postre magnífico y ligero.

Como siempre espero que os atrape sintiendo la necesidad de hacerlo en vuestras casas y comprobar que estas letras son una realidad.

INGREDIENTES Y ELABORACIÓN

• mangos
• 50 gr de azúcar
• 1 vaso de vino blanco afrutado
• 1/2 limón (su zumo)
• 1 clavo de olor
• 1 ramita de canela
• 2 ramitas de menta fresca
• 2 hojas de gelatina

 Primero aromatizamos el vino poniéndolo en un cazo al fuego junto con el clavo y la canela, dejamos hervir 2 min y lo retiramos para que se enfríe.

Mientras pondremos la gelatina en un bol con agua fría hasta que hidrate. Cuando esté blanda la agregamos al vino y la removemos un poco para que se disuelva bien.

Pelamos los mangos y los troceamos poniéndolos en un bol junto con el azúcar y el zumo del medio limón. Batimos hasta que tengamos una crema suave y homogéna sin grumos de fruta.
Cuando lo tengamos añadimos el vino  frío habiendo quitado la ramita de canela y el clavo.

Repartimos la crema en distintos moldes o en uno y lo/s metemo/s en la nevera hasta que esté fresquito y cuaje un poquito.

 Es una grata sorpresa el saborear este plato.